1.2.20

Parásito




- Parásitos. (Corea del sur, 2019. Dir. Bong Joon-ho). Una familia que a muy duras penas sobrevive recibe una oportunidad dorada. Al hijo mayor se le ofrece la posibilidad de darle clases privadas de inglés a la hija de un matrimonio sumamente adinerado… con que sepa fingir y exagere un poco sus méritos académicos. Pero ya puestos, se las arregla para que contraten a más miembros de su familia con más engaños. Aunque la red de engaños y mentiras apenas acaba de comenzar…

Extraordinaria comedia negra (muy, muy negra) del director de “El huésped”. Como aquella, se sirve de un género ya establecido para realizar una muy cuidadosa critica social. En esa, el “Kaiju Eiga”, a muy grandes rasgos (y con algo de imprecisión) el cine Japonés de monstruos gigantescos. Aquí, el thriller. Lo que al principio parece una divertidísima comedia de estafas, de pronto coloca un giro certero que nos obliga a considerar más cuidadosamente lo complejo de sus personajes. 

En ambas películas, además, partimos de una familia de clase obrera que apenas se las ingenia para sobrevivir, pero que se encuentran con personas aún menos afortunadas. En ‘El huésped’, niños callejeros. Aquí, gente que debe ocultarse para huir de prestamistas letales. Ambas caricaturizan clases explotadoras —estadounidenses en la primera, nuevos ricos en la segunda. 

Pero lo caricaturesco aquí poco a poco llega a cobrar una profundidad inusitada que desnuda prejuicios tan profundamente arraigados que llegan hasta el alma. 

El tercer acto lleva a la película a terrenos cercanos al cine de terror, y sin que se sienta nunca exagerado. Mejor dicho, sí exagera, pero para recalcar los apuntes sociales. Los parásitos del título no son los pobres como podría pensarse, y quizá ni siquiera los ricos, sino la sociedad entera. El orbe entero, consumido en un sistema que nos obliga a alimentarnos los unos de los otros. 

Y para concluir, un epílogo cargado con cierta melancolía. 


En resumen, una hermosa joya cinematográfica.