14.6.18

Diario fílmico.




- Ángel de fuego. (México, 1992. Dir. Dana Rotberg). Alma es una joven trapecista de circo, e hija del payaso Renato, a la postre dueño del circo en cuestión. Pero hay tres problemas: La madre de Alma, que se aparece cada tanto. La muerte de Renato. Y el embarazo de Alma… por parte de Renato. 
Pero Alma está decidida a tener a su hijo, así que huye del circo y se une a una banda de titiriteros cristianos ambulantes, buscando tanto techo como redención. 
Más como entre fanáticos siempre hay más abuso que fe, Alma tendrá que demostrar a todos lo que es un auténtico ángel de fuego…

Una película desconcertante, más aún en el panorama del cine mexicano de los 90. Recuerda un poco al cine de Jodorowsky (“Santa sangre”, desde luego), de López Moctezuma, y de otros “directores malditos”. O bien, anticipa un poco el cine de Amat Escalante (algunos pasajes se ven recreados en “Sangre”, de Amat). Pero en realidad no es tanto un homenaje sino una compleja parábola en cine. 


Una película dura, difícil de ver, y al mismo tiempo fascinante. Recomendado especialmente para quienes buscan el, por así decirlo, cine marginal —el más original, de propuestas inusuales y muy originales puestas en escena. 


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