21.8.19

Bareback Juke-box




- Bareback Juke-Box. Wenceslao Bruciaga. Hipólito hace de su homosexualidad parte de su filosofía desafiante y contestataria. Fanático de la música punk, de J. G. Ballard, de las drogas y de vivir la vida al extremo --al mismo tiempo que sufre constantemente mal de amores. Precisamente para combatir la depresión que le causa un asunto sentimental, entrena boxeo y se infecta aposta de VIH (¿o no?). Con unos cuantos días para partirle la madre a su ex-pareja pondrá en marcha un plan arriesgado que, sin que lo sepa, acabará más bien por conducirlo a los vericuetos más inexplorados de su vida...

Una novela tan provocativa como su protagonista (y podríamos decir que como su autor también). Con una estética deliberadamente punk (sin cyber) y un gusto por las digresiones que pondría orgullosos a autores como Fernando Vallejo o Bret Easton Ellis, esta es sin embargo una novela que se siente mucho más sincera que esas posibles influencias. 

Y es que las peroratas del argumento no son simple berrinche, sino deliberada provocación. Hipólito / Bruciaga mira de frente a las muchas taras no solo de la comunidad gay mexicana, sino de la cultura mexicana en total. El racismo, el olvido histórico, el malinchismo que muchas veces se disfraza de supuesto orgullo patrio y la hasta triple moral, son todas desnudadas y expuestas ante el lector. Tanto se cuestionan iconos encumbrados como Salvador Novo que se apuesta por influencias como Pedro Lemebel. 

También es sincera la narración en sus momentos sentimentales que más que rayar en el melodrama se zambullen en él --pero placenteramente, sin más culpas que la de enfrentarse a los demonios personales. 

Una novela ya no solo recomendada, sino de plano necesaria para más de uno. 

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