3.5.21

Día - 18



- La Ciénaga. (Argentina, 2001. Dir. Lucrecia Martel)


En un caluroso verano en el noroeste de Argentina, dos primas intentan sobreponerse al sopor y el hastío con sus respectivas familias. Tali, de clase media suburbana, lidia con sus hijos preadolescents y la economía que se va a pique. Envidia un poco a su prima Mecha, ella con otros tantos hijos adolescentes o adultos pero que pasa los días permanente borracha en su finca en decadencia. Alrededor se tejen varios pequeños dramas íntimos —hay un espectro de violencia y salvajismo que flota en el aire pero que apenas es sentido salvo por los más pequeños…


Un drama a primera vista sencillo e intimista pero que poco a poco nos va dando pistas cada vez más y más inquietantes y que en todo momento juega con las expectativas del público. Cada uno de los pequeños dramas familiares hubiese podido dar lugar a una película completa por sí solo. Hay aquí toda suerte de lujurias apenas contenidas, virulento racismo, peleas con décadas de duración, y de nuevo la violencia. No hay mas que fijarse en la cantidad de heridas físicas que sufren casi todos los personajes durante el verano, y la indiferencia con que las tratan. 


Porque la ciénaga del título es tanto los cuerpos de agua que vemos en el paisaje (todo ellos o bien empantanados y repelentes o bien desbocados y peligrosos) como el miasma en que se sumergen ambas familias y todos a su alrededor. 


Impactante debut de una directora con un ojo extraordinario para los detalles sugerentes. A destacar la banda sonora que reemplaza casi toda la música por ruido ambiental tan intenso que hubiera despertado la envidia de Hitchcock (para más señas, compárenla con el equivalente en “Los pájaros”). Sumamente recomendada. 


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