7.8.17

Diario de lectura.


Reto de lectura, julio: Leyendas y tradiciones. 



- El truco. C. L. Alvear. Los jóvenes cónyuges Amanda y Mauricio se mudan a Guanajuato para que él pueda aceptar un jugoso contrato laboral. Al poco de llegar consiguen una casa en el callejón del Truco -una preciosa casa del siglo XVIII con tanta historia en su interior, tal como toda la ciudad de Guanajuato. Lástima que la historia de esta casa en particular tenga poco de pintoresca y mucho de macabra. Esta casa cuyos ocupantes anteriores murieron de manera tan violenta, y que antes de eso fue escenario de sucesos aún más terroríficos. Sucesos que amenazan al presente y que pronto llevarán a estos jóvenes cara a cara con el terror…

Hace ya casi dos décadas tuve una “Agenda de cuentos de terror”, que venía con una terrorífica historia de hombres lobo dividida en doce relatos (precisamente uno por cada mes). Ese texto era obra de Alvear, quien luego volvió a publicar tal relato con el título de “Plenilunio”. Y después emprendió la redacción de esta, su segunda novela de terror, ahora con el tema de casas embrujadas y de satanismo. 

Desafortunadamente, ésta historia no está al alcance de “Plenilunio”. Hay que decir que el arranque y los primeros quince o dieciséis capítulos son sumamente buenos, a la altura de los mejores narradores de terror en español, y al mismo tiempo de los mejores recopiladores de leyendas y de cuentos populares(*). Hay un suspenso muy bien sostenido, personajes interesantes y ocasionales vistazos al pasado (tanto remoto como cercano) que sugieren la amenaza que se fragua sobre el presente. Pero en los últimos capítulos de pronto la narración empieza a sentirse floja y precipitada —da la impresión de haber sido redactada a toda prisa. De pronto se pasa de un incidente a otro con toda velocidad (cuanto hasta entonces la prosa se había deleitado en verter información de manera lenta, justamente como el ambiente del propio Guanajuato) y para peor se empieza a echar mano a clichés del género. La imagen de una mujer poseída por el demonio arrastrándose como una araña puede ser terrorífica si se describe de la manera precisa, si se consigue hacer que el lector o bien olvide de qué obra de la cultura popular proviene, o bien comprenda la referencia y disfrute el juego que el autor hace con ella. En vez de eso, aquí tenemos un relato que le ruega al lector que finja estar sorprendido ante imágenes como esa. 

En resumen es una obra fallida, pero con una primera parte muy bien trabajada. Si el resto de la obra estuviera a la misma altura, sería un libro bienvenido al canon selecto de la buena literatura de terror. Como están las cosas, ese sitio sigue correspondiéndole a la anterior obra de Alvear, “Plenilunio”. 

(*): De hecho, ésta novela se basa solo muy ligeramente en una leyenda existente. Aquí de hecho hay un mérito que se le debe reconocer a Alvear: La capacidad de hacer una excelente mímesis literaria de los mejores recopiladores de leyendas. 


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