31.5.17

Diario de lectura.

Reto de lectura, Mayo: Leer sólo colecciones de cuentos y / o de ensayos. 



- El mar y sus pescaditos (selección). Rosario Castellanos. Selecciones del que fue un libro póstumo de la gran Castellanos. Se trata de diversos ensayos sobre literatura. La de su época (mucho análisis sobre la literatura mundial de finales de los ’60 y principios de los ’70) y su contexto (análisis sumamente lúcidos sobre autores latinoamericanos y mexicanos. De grandes obras y de otras injustamente olvidadas hoy en día). 

¿Por qué ese título que parece más propio de un libro para niños? No lo sé. Supongo que el ensayo que explicaba el título quedó fuera de ésta selección, la aparecida en 1997 con motivo del Día internacional del libro (como tal éste libro fue publicado por primera vez en 1975). 

Hay mucho que rescatar aquí. Recomendaciones de lecturas relegadas y también propuestas novedosas desde las cuales abordar obras clásicas. Vale la pena, por ejemplo, un análisis de Borges circa “El informe de Brodie” desde una perspectiva semibiográfica (y conste que no hablamos del error de confundir la biografía del autor con su obra, sino de buscar otras claves de interpretación). Hay, eso sí, algunos traspiés: Castellanos aborda “La figura de paja”, de Juan García Ponce, con una perspectiva más bien homofóbica, error que Emiliano González repite en el libro “Ensayos”, de 2010. También hay un experimento literario sobre abordar “Pedro Páramo” desde una perspectiva de realismo crítico —es interesante, pero comete otro grave error, que es el de confundir el realismo mágico con la evasión en lugar de identificarlo como una ficción que supera a la realidad. Quizá por eso también cae en un tercer error, que es considerar a la intriga policíaca un “género muy menor”. 

Tales errores, por suerte, se equilibran con otras lecturas mucho más acertadas, como es el caso de su análisis sobre la literatura mexicana e internacional presente en 1969, junto con algunas reflexiones sobre la postura filosófica de diversos grandes artistas. Ensayos mas bien lúcidos sobre autores complejos como Salvador Elizondo y Macedonio Fernández. Inclusive una acertada crítica a los libros que desconsideran a su público lector, como es el caso de la mala literatura infantil (obligatoriamente contrastada con la buena literatura infantil). 

En total, vale la pena su lectura, pero con ojo crítico. 

27.5.17

Diario de lectura.


Reto de lectura, Mayo: Leer sólo colecciones de cuentos y / o de ensayos. 



- Diez. Juan Emar. El chileno Álvarez Yáñez comenzó en 1923 una carrera de columnista con el seudónimo “Juan Emar” (es decir “J’en ai marre”, “Estoy hasta la coronilla”). Y desde 1935 comenzó una carrera literaria que produjo cinco libros: “Miltín, 1934”, “Ayer”, “Un año”, la inclasificable y larguísima “Umbral”, y este, “Diez”, su libro más famoso. Una colección de cuentos que se estructura como “Cuatro animales, tres mujeres, dos sitios y un vicio”. Por sí solo éste libro constituye una de las obras mas sui generis de la literatura chilena. Y se trata de cuentos… ¿De cuentos qué? 

Porque Ignacio Valente llamó a Emar “el metafísico, el fantástico, el visionario, el loco, el inocente, el paradisíaco, la exótica flor de maravilla que ha crecido en el medio gris y opaco de nuestra narrativa”. 

Y Pablo Neruda lo llamó “nuestro Kafka”. 

Y César Aira le atribuyó “un encanto raro, patafísico, emparentado con el de otros grandes solitarios como Efrén Hernández, Pablo Palacio, Macedonio Fernández”. 

Y Pablo Brodsy, en cambio, lo señala como un autor ocultista y esotérico y por esto emparentado, que no hermanado, con Gabriela Mistral. 

Y Álvaro Bisama señala que “Diez es alternativamente un libro iniciático y una colección de chistes crueles que dinamitan cualquier presunción de realismo". 

Y claro, probablemente sería posible leer estos cuentos dentro de muchas acepciones más. Fantástico, surrealista, onírico, pariente literario de Francisco Tario o de Guadalupe Dueñas, Rabelais del siglo XX, parodia de la literatura chilena decimonónica, antecesor de Manuel Rojas… Etcétera. 

Lo que ocurre, entonces, es que Emar en general y Diez en particular pertenece más bien a esa corriente que son los autores insólitos y, sí, raros, que los hay en prácticamente toda la literatura universal. 

(Y Mario González Suárez argumenta que en un canon literario podrá haber uno o dos raros, pero no doce o más. Es preciso responder que es tan enorme la cantidad de escritores en todo el orbe y en todos los tiempos, que nada tiene de imposible la multiplicidad de raros, de extraños)

¿Qué se puede hacer con estos cuentos? Pues leerlos y disfrutarlos, con una u otra clave de lectura. ¿Es “El pájaro verde” una parodia de Flaubert, es un cuento del absurdo? Los dos y mucho más. ¿Es “Pibesa” un relato onírico, un relato surrealista, una alegoría de relaciones disfuncionales? Las tres y más que se proponga. La verdadera virtud de este libro, creo, es el hecho de ser una obra pura y completamente literaria, en la que las señas con respecto al mundo real son tan amplias que pierden sentido. Es, y aquí de nuevo aludimos a Bisama, la novela que redacta un lector antes que un iluminado. 

3.5.17

Reto de lectura: Abril.



Reto de lectura, Abril: Leer sólo guión. 




EN ESPAÑOL

- Antología de cortometrajes. 


EN INGLÉS

- Deathtrap. Ira Levin. 

- Veronica’s Room. Ira Levin. 

- Torch Song Trilogy. Harvey Fierstein. 

- Rent. Jonathan Larson. 

- Angels In America. Tony Kushner. 

- Hedwig And The Angry Inch. John Cameron Mitchell & Stephen Trask. 


Por diversas razones, fue sólo un libro en español y siete en inglés. Tenía pensado leer guiones de teatro, cine y televisión, pero al final fueron siete para teatro y uno para cine (y además para cortometraje). Pero la experiencia ha sido sumamente ilustrativa. 

En parte por una de aquellas lecciones que parecen obvias en retrospectiva pero que no lo son en su momento: En el guión como en todo lo artístico no existen reglas. Hay pautas que puede o no seguir cada quién según desarrolle la madurez para seguir el estilo que mejor se adapte a lo que quiere expresar. En todos estos guiones hay una inmensa variedad de estilos y recursos. Felizmente, todos utilizados de manera ingeniosa y que vuelve la lectura del propio guión algo placentero, una experiencia distinta a ver la puesta en escena o en pantalla tal cual. 

Diría que la obra que más destacó, o la que me pareció mejor, fue la de Kushner, pero la verdad es que todas me parecieron obras completamente notables, y que cada una merece ser leída y estudiada cuidadosamente. 

Supongo que la mejor conclusion que puedo ofrecer es que me alegro de haberme planteado este reto literario de dedicar cada mes a la lectura de obras de un género u estilo particular. Sí me ha permitido ampliar horizontes, pero sobre todo me ha servido para ponderar nuevas opciones de escribir, de concebir un relato. 

Diario de lectura.

Reto para Abril: Leer sólo guiones.


- Antología de cortometrajes. Trece guiones para cortometrajes mexicanos, todos los cuales fueron adaptados a la pantalla (con mayor o menor fidelidad, según fuera el caso), recopilados en 1997. Además de estudio del género, sirve como una pequeña muestra del cine mexicano durante los 90. La temática va desde relatos entre la fantasía y lo onírico ("El árbol de la música", "Me voy a escapar", "Un volcán con lava de hielo") hasta el drama sangriento ("Novia mía", "De tripas corazón"), con algo de comedia negra de por medio ("Domingo siete", "Cita en el paraíso", "La tarde de un matrimonio de clase media"). 

El asunto con leer guiones es ignorar brevemente la versión fílmica tal cual y considerar la visión del guionista (o de los guionistas --más de uno de estos es una obra conjunta) tal cual fue plasmada originalmente. Y lo que hay aquí son dos temas recurrentes: La violencia y la frustración, si bien expresadas de maneras completamente distintas y por supuesto con conclusiones que van de lo optimista a lo desesperanzado.

En ese sentido, conviene la lectura de esta recopilación tanto como muestra de una época como muestrario de diversas maneras de escribir y concebir el cine, en este caso con la mayor síntesis posible.