12.3.18

Diario fílmico.

Reto fílmico, Marzo: Cine Latinoamericano. 




- La teta asustada (Perú, 2008. Dir. Claudia Llosa). Fausta nació al poco de que su madre, Perpetua, fuese violada durante los años del terror. Y por esa extraña maldición conocida como “la teta asustada”, se dice que Fausta ha nacido sin alma, con el terror transmitido a ella por la leche materna. Pero cuando Perpetua muere Fausta se encarga a sí misma conseguir los medios para enterrarla en su pueblo de origen. Y así, saliendo al mundo del que permanecía resguardada, emprenderá un arduo viaje del miedo a la libertad. 

El segundo largometraje de Llosa fue un gran éxito no sólo comercial (ganó un premio Oscar y de paso lanzó la carrera musical de la protagonista, Magaly Solier) sino artístico. Es una película cargada de momentos líricos (el dolor que se expresa cantando más que hablando, los muy sutiles encuadres), simbólicos (nótese el tema recurrente de cavar y desenterrar: La fosa que se convierte en piscina, la muñeca escondida en el jardín de la mujer rica que roba canciones ajenas) y hasta ambas cosas a la vez (ese brevísimo momento en que el cadaver de Perpetua es sobrepuesto con el vestido de novia de la prima: La muerta vestida de novia). Es a la vez drama íntimo (el mundo interior de Fausta, más fuerte de lo que ella misma cree) y alegoría social —es el Perú reflexionando sobre los duros años de Terror y sus secuelas aún presentes. 




Una bella película que, caso raro, se merece la fama internacional que tiene. La recomiendo. 

8.3.18

Diario de lectura.




- El novísimo Algazife. Rafael Llopis. Subtitulado “El libro de las postrimerías”, se trata de una serie de relatos entrelazados (más de un crítico insiste en que no son cuentos, sino un libro inclasificable, o un “tratado esotérico”; es decir, han caído en la trampa del propio texto), de corte simultáneamente fantástico / terrorífico y paródico. Se divide en cuatro partes: “Galería lúgubre” (principalmente cuentos de terror y de ciencia ficción pero con diversos juegos de metaficción humorística), “Historia y leyenda de Abelesar” (un relato largo sobre un personaje que básicamente parodia al Abdul Al-Hazared de Lovecraft (y de hecho se incluye una versión sardónica del propio Lovecraft)), “El retorno” (cuentos fantásticos en simultáneo homenaje y parodia de escritores como Castaneda y Jodorowsky), y “Apéndice” (en realidad una colección de hypertextos. Mejor dicho, de textos escritos por los personajes de las secciones anteriores —poemas, citas de testamentos y de otros documentos…). Una broma literaria sutil y de excelente redacción. 

Llopis es conocido sobre todo por su labor de antologador (por ejemplo la excelente antología “Los mitos de Cthulhu”) y de ensayista (“Historia natural de los cuentos de miedo”), y este es a la fecha su único libro publicado de ficción (tiene varios cuentos dispersos en revistas del género). Podría decirse que es un largo homenaje tanto a Lovecraft como a sus predecesores y colegas (hay algo de Robert E. Howard, algo de Belknap Long). Pero en medio de deslizan referencias no ya de escritores entonces menos conocidos (Castaneda, Colin Wilson), sino de cultura pop —véase si no el cuento sobre Bela Lugosi y la aparición nada menos que de los personajes de las películas “Star Wars”. ¿Y qué decir del hombre lobo que va al psiquiatra y es diagnosticado con la condición de “monstruación lunar”? 
¡Y más de un crítico tomó este libro completamente en serio, al grado de creer que el Necronomicon es un libro genuino y no una invención literaria! 

Pero es que Llopis es un escritor muy hábil —en éste libro, aparecido en 1980, jugaba con referencia que en la España de entonces no eran tan conocidas, y de este modo atrajo a más de un incauto a su juego. En ese sentido no se equivoca el mexicano Emiliano González cuando lo reconoce como uno de su propia estirpe (aunque a su vez González haya luego caído en la decadencia cuando comenzó a tomarse en serio sus propios juegos literarios). 

Hay que decirlo; este libro es disparejo. La mejor parte es sin duda la primera, que mejor equilibra el humor con lo siniestro. La segunda parte es demasiado larga, y la tercera tiene tal desequilibro entre lo serio y lo (suponemos que intencionadamente) ridículo que a veces resulta incongruente. El apéndice es un mejor ejercicio creativo, con buenos pasajes. 


Un libro en efecto secreto, aunque no por las razones que muchos de sus admiradores suponen, y que en definitiva merece ser rescatado, leído y disfrutado. 

7.3.18

Diario fílmico.

Reto fílmico, Marzo: Cine Latinoamericano. 




- Oriana. (Venezuela, 1985. Dir. Fina Torres). María, radicada en Francia junto con su esposo, recibe la noticia del fallecimiento de su tía Oriana, quien le ha legado una hacienda donde la propia María pasó algún verano de su adolescencia. Ambos viajan a la hacienda con la intención de revisarla y ponerla a la venta. Pero conforme María recorre las antiguas habitaciones los recuerdos vuelven: Asistimos al proceso de la memoria y por triple partida. Vemos ese verano que María pasó junto a su tía, pero también la infancia y juventud de la propia Oriana. Y al revisar misterios del pasado pero con la perspectiva de adulta, María descubrirá un secreto impactante. 




Basado en un cuento de Marvel Moreno. Se trata de una película que es la vez misterio, drama familiar y sutil alusión histórica. Conforme la juventud de ambas mujeres se reconstruye y analiza, se presentan diversos prejuicios profundamente arraigados en la conciencia colectiva (el machismo y la prepotencia, la superstición y la doble moral, el racismo y el incesto), a la vez que se examina a todos los personajes que participaron en un asombroso drama. Es también la toma de conciencia de dos mujeres; aunque una esté muerta, queda su legado. También se analizan curiosas maneras de revancha (Oriana vuelve su encierro una manera de asimilar y eventualmente destruir a su padre; María opta por una decisión ambigua (“¡Esta casa no se vende!”) y huye —pero no volverá a ser la misma). Hay incluso un ajuste de cuentas con el pasado, pero de resolución abierta. El misterio consigue el difícil truco de volverse más intrigante a medida que caen las revelaciones, e invita a multiples análisis. 



Reto fílmico: Febrero.


Cine gay y Queer. 


En total fueron siete largometrajes: 


- Dreamboat (Alemania, 2017). 

- Te prometo anarquía (México, 2015). 

- Contracorriente (Perú, 2010). 

- Kinky Boots (Reino Unido, 2005). 

- La región salvaje (México, 2016). 

- No se lo digas a nadie (Perú, 1998). 

- Cuatro lunas (México, 2014). 


Y dos cortometrajes: 


- Gulabi Aaina (India, 2002). 

- In a heartbeat (EUA, 2017). 


Casi todos de la década actual (sin que así lo planeara); claro, quedan muchos ejemplos fuera, pero constituyen una breve muestra del panorama que sobre este tema ofrece la cinematografía actual. ¿Y qué ofrecen? 

En primera, un optimismo que en décadas anteriores (muy particularmente los 90) rara vez se veía. Y no necesariamente en el sentido de que haya más tolerancia en el mundo. ¡Todo lo contrario! En muchos aspectos la sociedad mundial es si acaso más intolerante, pero de maneras más sutiles. Lo que ha cambiado es la confianza que los propios narradores (en este caso guionistas y directores) presentan. El tema en general se trata con menos remilgos, con menos timidez. Algo que definitivamente ha contribuido a ello es la llegada del cine digital y la mayor cantidad de medios de distribución (por ejemplo, por medio del internet). Con mejores herramientas para saltar obstáculos como la censura y la represión, hay mejor libertad de expresión. 

(Esto presumiblemente se verá también en los siguientes retos mensuales… o quizá no. Está por verse)

Cosa curiosa, ninguna de estas películas es una tragedia, aunque dos o tres son ciertamente dramáticas. Pero al tema de la homosexualidad ya no se le relaciona de manera automática con la muerte (o de mínimo con la amargura). En todo caso se vislumbra una gama mucho más amplia de posibilidades y un mayor compañerismo. Y para el caso, que la homosexualidad no es un tema "solo para adultos" --entre estas películas, la edad de los protagonistas va de once años a setenta. 

Eso sí; aunque deseaba abarcar un espectro amplio (y por eso el término “queer”), en realidad casi todas tratan específicamente la homosexualidad masculina. Un tanto por disponibilidad (y tiempo), un tanto por gusto. 

Pues bien; creo que los resultados han sido interesantes, a veces placenteramente sorpresivos. 

Y claro, quedan muchas películas que no pudieron ser incluidas en ésta ocasión, pero que ojalá figuren en otra ocasión.