2.11.19

Fantasías gay mexicanas (tres cuentos)


NOTA: Éste ensayo fue presentado en el VI Congreso Internacional de Narrativa Fantástica (y XII Coloquio Internacional de Narrativa Fantástica), organizado por el Centro de Estudios Literarios Antonio Cornejo Polar, celebrado en Lima, Perú, del 23 al 25 de octubre del 2019. 

Dice el escritor mexicano Alberto Chimal[1]que lo fantástico, cuya raíz es el Romanticismo de los XVIII y XIX, no es un subgénero, ni un movimiento ni una escuela, sino una postura, una actitud ante el lenguaje que llama al descubrimiento de territorios ajenos a los límites de la razón objetiva. Entendamos, entonces, la narrativa fantástica como el terreno idóneo para las subjetividades por un lado y por el otro como un campo en que se pueden analizar conceptos que para el contexto en el cual escribimos resultan todavía difíciles. Para temas que se ven todavía con cierto recelo. Por ejemplo, para hablar de las minorías –de las personas homosexuales, digamos. 

México, país latinoamericano que en teoría es abierto al tema, que cuenta con un acervo amplio de cine y literatura al respecto, se maneja todavía con cierta doble y hasta triple moral. Toda sexualidad que no se ciña al patrón heterocéntrico se maneja de forma velada, puertas adentro la mayoría de las veces. Y digo “triple moral” porque encima es común que en el propio ambiente homosexual (o queer si se prefiere, para designar otras variantes) se imiten patrones de conducta propios de la norma no ya solo heterocéntrica, sino del estereotipo latino. A saber, que el hombre, o en su defecto la pareja “masculina” debe tener más agresividad y don de mando. Y que la mujer o la pareja “femenina” se dedique principalmente a labores domésticas –a la cocina, la limpieza y menesteres por el estilo. Y que sea sumisa.

Con ello en mente, procedo a analizar tres cuentos correspondientes a la última década del siglo XX y las dos primeras del XXI. Todos ellos tratan el tema de la homosexualidad, masculina o femenina, dentro del marco de una historia fantástica, y todos ellos se sirven de ciertas ambigüedades para examinar las posturas a veces contradictorias de sus personajes (y por extensión las de toda una sociedad) con respecto a los roles de género. 



“Un Martini seco” es un cuento de Arturo Arredondo que forma parte del libro “Gozoología mayor”, aparecido en 1991. En conjunto el libro es una colección de cuentos eróticos; algunos de corte realista y otros no. 

En “Un Martini seco” el narrador cuyo nombre ignoramos es un hombre con cierta cultura literaria (en su conversación alude a autores precisamente no-heterosexuales, tales como Lillian Hellman y Somerset Maugham) que acaba de terminar una relación de años con un director televisivo. Nuestro protagonista deambula por bares de la Ciudad de México y pide el trago del título, justamente inspirado por Hellman. Esta petición llama la atención de un anciano que al parecer es asiduo del lugar y con quien traba conversación. El anciano invita al protagonista a otro bar situado en la calle de Palma, sitio de varias leyendas populares de México. En este bar nuestro protagonista pierde el sentido y despierta al día siguiente en su cama, sin llave ni billetera. Intrigado, vuelve a visitar los bares una y otra noche hasta que se encuentra de nuevo con el anciano. Ésta vez finge beber y perder la conciencia. Una vez que esto ocurre, el anciano lo arrastra por una puerta secreta oculta tras un espejo y lo deposita en una cama, donde al poco llega una creatura imposible: Un joven velludo con piernas y cuernos de chivo. Un sátiro. Éste viola al protagonista; el cual, sintiendo entre asco y placer, termina por entregarse voluntariamente.

Es el sátiro figura vehementemente sexual[2], un monstruo que aquí combina no solo rasgos animales con humanos, sino rasgos de hombre maduro con joven: Se nos describe su rostro cubierto de acné y su pericia sexual que sugiere experiencia de años. También combina la agresividad con la ternura: Al descubrir que su víctima está conciente y que participa voluntariamente, lo besa cuidadosamente, para no hacerle daño. Es interesante que su aparición ocurra en una zona ambigua, a la que se accede o bien por la borrachera o bien por la duermevela, ese estado entre la vigilia y el sueño. También es una suerte de alter-ego del anciano, personaje solitario. El protagonista lo compara con Maugham, de quien sabemos que sólo en su edad madura comenzó a tener amantes masculinos. Lo que parece al principio una figura patética (el anciano que mendiga conversaciones), luego terrorífica (el monstruo violador) al final se vuelve un objeto de deseo: El protagonista vuelve a visitarlo una y otra vez, sabiendo que su vida no puede cobrar ya otro camino.



 “Ataraxia”, es un cuento de Eve Gil, que forma parte del libro “La reina baila hasta morir”, aparecido en el año 2008. Se trata de una reelaboración del conocido cuento de hadas “Blanca Nieves y los siete enanos”. La protagonista es Reina Cardoso, dueña de un importante diario, además de escritora laureada y arquetípica mujer fatal que domina a varios hombres poderosos. Un día toma como aprendiz a una joven reportera llamada Nieves, la cual a su vez sabe ganarse el afecto de cuantos la rodean y posee una belleza parecida a la de Reina. Pero lo que Nieves desea es a la propia Reina. Reina, más por una fuerte lesbofobia[3]que por celos, ordena un accidente de automóvil que deja a Nieves en coma. Pero esto no le basta a Reina, quien desea que Nieves muera y desaparezca completamente. Para ello, le pide ayuda a su amante Luis. Éste la cita en una diminuta cabaña en el bosque, que según él es hogar de enanos. En esa cabaña, Reina descubre que Luis la ha cambiado por Nieves, a quien asegura haber despertado con un beso. La propia Nieves hace su aparición, pero ahora convertida en un monstruo de cabello larguísimo y adornado con huesos de animales. Ella empuja a Reina a una fogata, donde, como dice el título del libro, baila hasta morir. Nieves huye con Luis a lomos de un corcel blanco, mientras suspira: “Pudimos haber sido tan felices. ¡Te amaba, Reina!”

Como en la conocida fábula[4], Nieves es un personaje que en clímax se sitúa entre la vida y la muerte. Al ser despertada, parce volver más siniestra: Mata a la reina (originalmente su madrastra o su madre, y aquí su objeto de deseo) de una manera violenta. Pero en el cuento de Gil cobra además una apariencia monstruosa. Además aparece completamente móvil el mismo día en que otro personaje nos decía que apenas había conseguido mover un dedo. ¿Es la propia Nieves o es su doble?  Reina percibe a Nieves como un ser amenazante no esta vez por su belleza, sino por su orientación sexual: Dice tener pesadillas en las que se ve acosada por una Nieves con pene. Pero al mismo tiempo desea primero someterla, después controlarla y por último destruirla, además de que en varios momentos se pregunta si es posible que Nieves sea en realidad una hija que dejó abandonada. Es el espejo, quizá, de los deseos ocultos de la propia Reina, y que terminan por hacerla arder hasta morir. 



Por último, “La marrana negra de la literatura rosa” es un cuento de Carlos Velázquez, aparecido en el libro del mismo título, del año 2011. 
El protagonista, Manolo, es un hombre ordinario y de clase obrera. Vive en una diminuta casa, visita regularmente a su novia Claudia y colecciona revistas sentimentales. Un día, Manolo recibe un regalo de su hermana: Una marrana de color negro a la que llama Leonora. La cerdita resulta ser capaz de comunicarse telepáticamente con Manolo y le exige un cerdo semental. A cambio le dicta obras literarias: Un poema y tres novelas, todos ellos de temática homosexual. Las obras son publicadas con Manolo como autor, dándole gran prestigio literario y comparaciones con escritores como Fernando Vallejo, Pedro Lemebel y Reinaldo Arenas. Inclusive le dan los medios para mudarse a un lujoso departamento. Entretanto, Leonora es visitada por un cerdo semental llamado Valente. Durante estas visitas, Manolo entretiene al dueño de Valente sirviéndole tamales. Cuando Valente muere en un accidente, Leonor se suicida –y el dueño de Valente le confiesa su amor a Manolo. Éste, que sin Leonor no tiene más obras qué publicar, vuelve a su vida de clase obrera –sólo que ahora se dedica a vender tamales, se viste de mujer y deja a su novia Claudia para en su lugar casarse con el dueño de Valente. 

La cerdita parlante pareciera ser al ánima o la parte femenina de Manolo. Tiene toda la refinación de la que él carece, pese a ser un animal, y el talento literario que él dice no tener. Pero además Manolo insiste en que es heterosexual aunque todos en su barrio crean que no lo es: Y Leonor le reclama que su estilo “buga” (es decir, heterosexual) no va con la imagen literaria que debe cultiva. Pero incluso sin esta musa inusual, Manolo tiene un comportamiento que corresponde al estereotipo femenino: Además de coleccionar revistas sentimentales, entretiene al marranero alimentándolo con comida casera y se escandaliza ante cualquier contacto físico. Sólo accede a entregarse a él si primero se casan y además de blanco. 

En todos estos cuentos, la homosexualidad parece estar ligada al ser fantástico –al sátiro, a la muerta ambigua y a la musa porcina. Pero de hecho está presente en por lo menos dos de los protagonistas aparentemente ordinarios, y es posible que también en Reina. A veces lo que más odiamos es también lo que más deseamos. Visto así, estas tres creaturas fantásticas no solo representan lo inquietante: Son también una invitación a nuevas formas de vivir la sexualidad, y por extensión la vida. El protagonista de “un Martini seco” en efecto encuentra un fin a sus penas de amor y un nuevo mundo subterráneo de bares y leyendas en donde yace su destino. Manolo regresa a su punto de partida, la casa diminuta, pero con una nueva manera de ser, y más feliz. De mantener un supuesto noviazgo de años con Claudia que jamás se concreta pasa a un matrimonio feliz con otro hombre. Reina, la única que rechaza violentamente ésta invitación, ve sus mayores miedos cumplidos: Es reemplazada por otra mujer y muere de una manera dolorosa. 

Los tres textos juegan con referencias extra-textuales. “Un Martini seco” refiere directamente a Hellman y a Maugham, quienes el protagonista toma como símbolos de la melancolía homosexual. Además , según el propio autor, es un homenaje velado a Charles Bukowski[5], de ahí la presencia del alcohol como medio de acceso a otra realidad. “Ataraxia” es una reelaboración de un cuento de hadas –pero el final tiene otra vuelta de tuerca cuando Luis, el amante-traidor, el doble literario del Príncipe, dice haber escogido la extraña cabaña en el bosque donde el cuento concluye inspirado precisamente por el cuento de “Blanca Nieves y los siete enanos”. Y en “La marrana negra de la literatura rosa”, el nombre Leonor recuerda a la muerta amada y odiada de la poesía de Edgar Allan Poe. Manolo es comparado directamente con tres escritores emblemáticos de la literatura gay (Vallejo, Lemebel y Arenas), si bien los argumentos que nos describe recuerdan más bien a Emiliano Zapata, autor de obras como “El vampiro de la colonia Roma”. Pero además tanto Reina como Manolo son ellos mismos escritores. De Reina se nos dice que ha publicado tres novelas sobre alegres adúlteras, dos libros de entrevistas, uno de cuentos eróticos, dos recopilaciones de sus mejores artículos y una obra prima de poesía. Manolo, con Leonora como musa, escribe un poema sin título y tres novelas: “Si lo sabe Dios”, “Los hombres están muertos” y “Maricona, ponme una mano ahí”, más un inédito cuyo título ignoramos. Aún más curioso, asegura que su libro favorito es “Vendedor de pollo frito”, un libro de cuentos del propio autor Carlos Velázquez que apenas fue publicado en este año 2019. 

Estos juegos con las referencias extratextuales le confieren cierto aspecto lúdico a los tres cuentos, aunque solo el tercero sea de tono humorístico. En los otros dos, el ambiente es generalmente sombrío. 

BIBLIOGRAFÍA:

-      ARREDONDO , Arturo.Gozoología mayor. Joaquín Mortiz, 1991.  
-      CHIMAL, Alberto.La Generación Z y otros ensayos. CONACULTA, 2012. 
-      GIL, Eve. La reina baila hasta morir. Ediciones Fósforo, 2008. 
-      GONZÁLEZ BOIXO, José Carlos (ed.). Tendencias de la narrativa mexicana actual. Iberoamericana, 2009.
-      GRIMM, Hermanos.Cuentos de la infancia y del hogar. Traducción de Ulrique Michael y Hernán Valdés. Bruguera, 1983.
-      JULIEN, Nadia. Enciclopedia de los mitos. Traducción de José Antonio Bravo. Océano, 1997. 
-      MARTÍNEZ DE MINGO, Luis. Miedo y literatura. Edaf, 2004. 
-      NEGRONI, María. Galería fantástica. Siglo XXI. 2009. 
-      VELÁZQUEZ, Carlos. La marrana negra de la literatura rosa. Sexto Piso, 2015. 

ARTÍCULOS EN LÍNEA: 

-      ALCÁNTARA ISLAS, Omar. Lo Bukowskiano es una actitud ante la vida: Crónica de la Coordinación Nacional de Literatura del INBA. Publicado en el 2008 en: http://ombloguismo.blogspot.com/2008/09/lo-bukowskiano-es-una-actitud-ante-la.html
-      BELTRÁN FÉLIX, Geney. La marrana negra de la literatura rosa, por Carlos Velázquez. Publicado en el 2010 en: https://www.letraslibres.com/mexico/libros/la-marrana-negra-la-literatura-rosa-carlos-velazquez
-      MÉNDEZ, Elena. La pasión se lleva por escrito: Entrevista con Eve Gil. Publicado en el 2008 en: https://webs.ucm.es/info/especulo/numero39/evegil.html




[1]OP. CIT., en la Bibliografía, pp. 83. 
[2]Según Nadia Julien: “Simbolizan el animal escondido en el fondo del hombre, que se manifiesta a través de la concupiscencia carnal, con todas sus violencias, por donde el hombre se asemeja a las bestias cuando no las contrarresta el poder espiritual. OP CIT en la Bibliografía, pp.343.
[3]“La sola idea de besar la boca de otra mujer, de hurgar en el sexo de la persona que más odiaba en el mundo, le era intolerable”. EVE GIL: pp. 55.
[4]Véase, GRIMM,  Hermanos. OP CIT en la bibliografía, pp. 339. 
[5]Véase ALCÁNTARA ISLAS,  Omar. OP CIT en la Bibliografía.

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