Beastars, vol. 17

 

- Beastars, vol. 17. Paru Itagaki. 

C. 143

- El felino (¿un guepardo?) que se sienta junto a Louis, quizá crudo o quizá nervioso, es el mismo que en el capítulo 130 (vol. 15) le había preguntado sobre su pasado. 

- Existe un canal de propaganda para herbívoros, con todo y sus (probablemente falsos) especialistas en salud que abogan por separar a las especies. 

144 

- La superstición que exhibe el Shishigumi, al grado de usar sus bigotes para “leer” el futuro, no es muy distinta de muchos grupos criminales en la vida real. Podemos pensar en variantes como la Santa Muerte o El Santo de Malverde…

145 

- Decico, civet líder de la organización fascista “Kopi Luwak”, y un excelente ejemplo del tipo de maldad que a primera vista parece inocente. 

- El otro ejemplo, claro, es Melon, presentado como un simple profesor universitario que expone teorías un poco excéntricas, como que el impulso de matar y el sexual son lo mismo. El tipo de cosas que a tantos universitarios les divierten mientras no se pongan a pensarlo muy a fondo. 

146 

- El encuentro entre Haru y Melon, y su intercambio de filosofías casi nihilistas, es digno de un thriller de cine…

147 

- …al grado que concluye con Melon hiriendo su propia pierna, como salido de una película slasher. 

148 

- Después volvemos al auténtico  tema sexual: Que Legosi, e inclusive lo admite abiertamente, prefiere ser dominado. Que casi preferiría ser un herbívoro, una presa.

- Pero de ahí llegamos a un momento de horror, en que Legosi cree haber devorado a Haru en la inconsciencia… 

149 

- …y resulta ser un equívoco. Pero le causa trastornos físicos (su pelambre se vuelve blanca) y mentales (de obsesiona aún más con la idea de casarse). 

150 

- ¿En verdad asesinó Melon a sus compañeros de clase (sus bullies, que le dicen hoy en día, los bravucones) cuando sólo tenía nueve años? Por la manera en que se presenta puede ser verdad o puede ser una fantasía que ya no distingue de la realidad, un tanto como muchos asesinos reales. 

151

- Aún tiene Legosi mucho que aprender, pues sigue creyendo que las divisiones de clase social son genuinas y le sorprende que la policía esté más interesada en las apariencias que en realmente detener el crimen. 

- Por lo tanto, es lógico que vuelva temporalmente a la escuela donde comenzó. 

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