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“El horror no tiene nombre; es infinito, un infierno previsto e inevitable. Dormir, decía el príncipe danés, es, quizá, soñar; como él, no puedo morir porque carezco de la certeza del olvido”. — José B. Adolph. Un dulce horror.
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El blog de un autodenominado literato, que consiste precisamente en lo que su título anuncia.
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