Bahía de sangre.
(Reazione a catena. Italia, 1971. Dir. Mario Bava)
Una condesa es asesinada en su mansión por su propio marido… ¡y este a su vez es asesinado por alguien más! Al poco, los posibles herederos de ambos se reúnen en la exclusiva bahía de la condesa para ver quién se quedará con la propiedad. Pronto se hunden en una espiral de asesinatos de los que no saldrán ilesos ni los testigos.
Esta película es, por así decirlo, la gran matrona tanto del Slasher norteamericano como del Ghiallo italiano —el cine de asesinatos, por así decirlo. Muchas de las secuencias aquí vistas fueron luego homenajeadas (y plagiadas con descaro) por películas como la saga de ‘Viernes 13’ o por discípulos de Bava, como Dario Argento e inclusive el hijo de Mario, Lamberto.
Mario Bava, hay de decirlo, es una figura clave en la historia del cine de terror, tan admirado como ridiculizado. Pionero de muchos subgéneros, es cierto que el suyo es prácticamente cine de “Serie B” —y sin embargo pertenece a esa selecta estirpe de directores que partiendo de géneros cinematográficos menospreciados (el terror, la ciencia-ficción, la fantasía, las aventuras y mucho más) consiguieron plasmar en pantalla una visión única y muy suya del mundo. A este grupo habrían pertenecido directores “de culto” como por ejemplo José Mojica Marins, Carlos Enrique Taboada, Juan López Moctezuma y otros más. ¡Muchos más!
De esta película, ojo a la primera secuencia (un arranque de excelente atmósfera) y sobre todo a ese delirante final que nos lleva al absurdo de la humanidad misma.
“Matar por sobrevivir es una cosa. ¡Pero matar por matar te vuelve un monstruo!”
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