- Por un soldado perdido. (Voor een verloren soldaat. Holanda, 1992. Dir. Roeland Kerbosch)
Jeroen, un coreógrafo holandés, viaja a una aldea donde vivió de niño de 1944 a 1945 y recuerda un suceso crucial de su pasado. Durante la segunda guerra mundial, él junto con otros niños fue enviado a las afueras para guarecerse de la ocupación Nazi. Al poco de la liberación, Jerome conoció al que sería su primer amor: Walt, un joven soldado canadiense.
Basada en una novela autobiográfica de Rudi van Dantzig, se trata de una historia iniciática. Jeroen vive el despertar de su sexualidad primero con un amigo con quien nada desnudo y después con Walt. Pero no es solamente una historia de amor. Es también una reflexión sobre la comunicación humana. Jeroen solo habla neerlandés y Walt solo habla inglés (aunque ambos aprenden algunos fragmentos). La aldea en que vive parece estar consciente de las relaciones que establecen los soldados con las y los jóvenes, pero les dan mensajes ambiguos al respecto. El pescador con quien Jeroen vive solamente le reprocha que no comparta con los demás los chocolates que Walt le regala.
Además, varias escenas funden maravillosamente la realidad y el sueño, o el recuerdo: Jeroen adulto conversa consigo mismo de niño y hablan justamente sobre las cosas que no están seguros de haber recordado bien. O quizá, que no querían recordar con claridad hasta ahora que hay un ajuste de cuentas con el pasado.
La película trata un tema que muchos probablemente crean espinoso, pero lo hace con tal naturalidad que conmueve. Vale la pena echarle un vistazo.
*
No hay comentarios.:
Publicar un comentario